viernes, 30 de noviembre de 2007

Bendita Audiencia

Por Dafne Correa
Con el transcurso de nuestra carrera, la palabra audiencia nos ha rodeado constantemente en los distintos ramos vistos, durante estos dos semestres académicos que llevamos cursados. Poco a poco, hemos comenzado a sopesar la importancia que ella tiene y poder apreciar como los productos mediáticos dependen del público a la hora de un éxito o un fracaso.
Hoy por hoy, gracias al avance tecnológico, los distintos medios de comunicación se han vuelto más sofisticados. Junto con ello, existe un público mucho más informado que el de antaño y a la vez, más exigente. Ya no son los productores de material mediático quienes mandan, sino los consumidores de estos.
Con la variada gama de ofertas que nos entregan los mass media, no es fácil complacer a esta "masa hambrienta" de nuevos contenidos que sean capaces de satisfacer sus demandas por un nuevo y mejor producto. Día a día, guionistas, directores, productores, entre otros, deben ponerse en el lugar de los posibles consumidores, para dar vida a los diversos proyectos que componen la oferta.
Para que un material tenga éxito, no necesariamente debe ser el que posea el contenido más profundo. Por el contrario, al encontrarnos inmersos en una sociedad globalizada, en donde cada día nos vemos sometidos a más exigencias y con una escasez de tiempo importante, lo único que se pide, es poder llegar al hogar para disfrutar de un producto liviano, el cual no demande mucho que pensar.
Pero, no todo fue así desde siempre, lo que nos lleva a preguntarnos : ¿Cómo era la audiencia, antes del paso a la modernidad?
Peter Burke, definido por el diario LA NACIÓN (Argentina) como "uno de los historiadores más prolíficos y notables de la actualidad", ha dedicado algunos capítulos de su obra "de Guttemberg a Internet", junto a Assa Brigs, para hablar acerca de la mutación y/o evolución del público en cuestión.



De "pasivos" a críticos
Antes de la aparición de la imprenta, la cultura era predominantemente oral. La gente acudía a distintos lugares, pudiendo intercambiar información. La interacción cara a cara se hacía indispensable, siendo la única forma de comunicación.
Con la llegada de la imprenta, se dio el primer paso hacia esta transformación. En primera instancia, era un número reducido de personas, quienes podían acceder al "privilegio" de leer libros. Las publicaciones eran pocas y muchas veces, leídas una y otra vez por los lectores. Al poco tiempo, la producción de ejemplares había aumentado considerablemente. Gracias a la imprenta, se pudo "dejar una constancia" del conocimiento, el cual serviría para la orientación de generaciones posteriores. A su vez, se produjo el arribo de las bibliotecas.
Las bibliotecas, es decir, lugares destinados al almacenamiento de libros, comenzaron a verse "aproblemadas" con el arribo de numerosos ejemplares, ya que de la mano de esto, también se dio fruto a los catálgos. Estos buscaban poder clasificar los distintos tipos de libros, como habían tantos textos, los cuales no podrían haber sido leídos ni en toda una vida, la gente recurría a los catálogos para orientarse al momento de cuál libro leer y cual no.
Otro aporte realizado por la imprenta, apunta a la transformación de los medios de los modelos de comunicación: se dio cabida a una serie de publicaciones, que permitían informar acerca de hechos políticos y comerciales. Este fue un paso importante, ya que al mismo tiempo, y producto de la censura imperante en Europa, surgieron numerosas publicaciones clandestinas. Ellas, permitían difundir información diferente a la transmitida por los Estado-nación y así poder hacer críticas contra los regímenes imperante y crear una conciencia crítica entre los lectores.




Estragos y Prejuicios
La idea que se tenía producto del arribo de nuevos medios de comunicación, era que los nuevos desplazaría a los antiguos. Sin embargo, esto no tuvo lugar y ambos tipos de medios pudieron coexistir e interactuar. De este modo, la escritura siguió siendo importante en la era imprentera, así como también la radio y los libros, en la etapa televisiva. Cabe citar a Burke cuando señala: " Es preciso considerar los medios como un sistema en constante cambio, en el que diferentes elementos desempeñan papeles más o menos importantes".




Televisión: El "favorito" de las audiencias
El término televisión proviene del griego tele (distancia) y del latín visio (visión). Su auge se produjo en la década de los 50, siendo un elemento de entretención para las personas. Es uno de los medios más dinámicos, porque junto con Internet, logran fusionar, imágenes, sonidos y videos Al mismo tiempo, según establecía John B. Thompson (sociólogo), se podría decir que produjo un cambio de "mentalidad" entre las personas, ya que teniendo uno de estos aparatos, era prescindible el interactuar cara a cara. Mediante el televisor, puedes conocer distintas "realidades", sin la necesidad de moverte de las comodidades de tu hogar. Asimismo, se logra sacar conclusiones propias sobre lo que ocurre en otros puntos del planeta que divergen, en ocasiones, con lo que el estado o los medios nos quieren mostrar.
Es curioso que, pese a la gran cantidad de años que han pasado (remontándonos a 1450), nuestros entrevistados hayan hablado de manera similar a lo que apunta el material bibliográfico. Sin ir más lejos, y de acuerdo con las palabras de Valerio Fuenzalida, académico de la Pontificia Universidad Católica, señala que el público es el factor determinante que mueve a la industria creadora de productos mediáticos. Se puede decir que es un "círculo vicioso", donde entran en juego una serie de actores. En primer lugar, se encuentran los consumidores, luego y si el producto tiene una buena aceptación, los auspiciadores invertirán mayor dinero en publicidad, lo que beneficiará directamente a los dueños del material, generando ganancias.
Actualmente y finalizando este año 2007, la tendencia seguirá confirmando el "poder" de los consumidores. Sin lugar a dudas, no hay marcha atrás. Luego de años de estar "sometidos" a lo que se nos imponía, se han invertido los papeles a favor de las personas.

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